Los tatuajes de Kaepernick tienen una peculiar historia que contar
Cuando estudiaba en la preparatoria, Colin Kaepernick tenía un ídolo, el guardia de los 76ers de Filadelfia, Allen Iverson, cuyo look —con peinado de trenzas y su cuerpo cubierto de tatuajes— fue mal visto por la NBA. Al muchacho no le importaba eso, él deseaba vestirse, peinarse y verse como Iverson.
La madre de Colin, Teresa, tan sólo encontró una peluquería en Modesto, a media hora en auto de su hogar, donde podían peinar a su hijo como éste deseaba.
Verlo feliz valió la pena aquellos minutos detrás del volante.
Tuvo la ropa y el peinado; de los tatuajes se encargó él cuando llegó a la Universidad de Nevada, donde pasó horas sentado en espera de que la tinta debajo de su piel secara, para que el resto de sus días recuerde los principios que lo han llevado a ser quien es: la nueva estrella de los 49ers.
Nes Adrion es el dueño de Endless Ink, una famosa tienda de tatuajes en Reno, Nevada y fue el encargado de realizar, en nueve largas sesiones, el 93 por ciento de sus tatuajes.
En el pecho lleva grabada la leyenda “Against all odds” (contra todas las apuestas). Colin dijo para Sports Illustrated que se grabó esto en la piel “porque mucha gente en mi vida me dijo que yo no sería exitoso.
“Para mí, esto es una manera de probar que la gente está equivocada. Nadie me va a decir si yo seré exitoso o no, eso será algo que yo determinaré con lo duro que trabaje”.
En la parte interior del bíceps derecho de Kaepernick se lee “My gift is…” (mi don es..), frase que concluye en la parte interna del bíceps izquierdo con “My curse” (mi maldición).
Además, en la parte superior e inferior del brazo se grabó las palabras “Faith” (fe) y “Respect” (respeto).
En la espalda se tatuó un mural que muestra fuerzas opuestas, el bien y el mal. En la parte superior se distinguen ángeles, mientras que en la inferior hay un grupo de demonios.
Además entre otros motivos, en el antebrazo derecho tiene inscrito el Salmo 18:39, “Tú me ceñiste con fuerza para la batalla, doblegaste ante mí a mis agresores”; mientras que en el brazo izquierdo plasmó el Salmo 27:3, “Aunque me sitie un ejército, mi corazón no temerá; aunque estalle una guerra contra mí, no perderé la confianza”. Frases, letras e imágenes que día a día, para siempre, le recordarán a Kaepernick sus principios.
Kaepernick es una pepita de oro
El nuevo quarterback de los 49ers de San Francisco es hijo adoptivo, pero vive su sueño de jugar en la NFL y está a un triunfo del Super Bowl XLVII
Se despierta, se quita el peso de los fantasmas de ayer. Enciende la televisión, ve un programa en el que lo critican. Lee el periódico: una nota en la que lo comparan con los presos de San Quentin, en California, debido a sus tatuajes. Al prender la radio escucha en una transmisión: “Dudo que sea el nuevo líder de los 49ers”. Colin Kaepernick no les hace caso. Se para frente al espejo, la tinta impregnada eternamente en su pecho lo dice todo: “Contra todas las apuestas”.
A pesar de las adversidades, su destino era ser un triunfador. Hoy es el quarterback titular de San Francisco; estableció la marca de más yardas por carrera (181) en un partido para un pasador de la NFL la semana pasada —en su debut en Playoffs—, y está a una victoria de llevar a los 49ers a su primer Super Bowl desde 1994.
Cuando Colin nació, el 3 de noviembre de 1987 en Milwaukee, su madre biológica, Heidi Russo, entonces de 19 años, no podía mantenerlo ni cuidarlo. Lo entregó a una agencia de adopción. Cinco semanas después de su nacimiento, Colin fue adoptado por Rick y Teresa Kaepernick, y su vida comenzó.
Tras casarse y tener a su primer hijo, Kyle, en 1977, cuatro años después, los Kaepernick dieron la bienvenida a su hija Devon. La pareja deseaba a un pequeño más, pero una enfermedad congénita del corazón provocó que fallecieran sus pequeños Lance y Kent poco después de que nacieran.
Tuvieron asesoría médica y descubrieron que sus bebés podrían heredar esta deficiencia cardiaca. Desistieron. Cinco años después decidieron adoptar.
La agencia llamó a Rick y Teresa, les avisó que contaban con un bebé. Pocos días después, Colin llegó al hogar de los Kaepernick, quienes le brindaron todo su amor y protección. Cuando el pequeño cumplió seis años, escribió una carta en la que decía que cuando fuera grande sería el quarterback de los Empacadores de Green Bay —equipo favorito de sus padres— o de los 49ers.
Teresa le contó a Colin todo sobre su pasado y de Heidi Russo, quien le ha mandado correos electrónicos y comentarios por las redes sociales; sin embargo, el joven no quiere saber nada de ella.
Estudió en la preparatoria John H. Pitman, donde destacó en futbol americano, basquetbol y beisbol (de hecho, su recta superaba las 90 millas, algo sobresaliente para las ligas juveniles). Al ver esto, varios scouts se interesaron en el brazo de Kaepernick, pero rechazó entrar al Draft 2006 del beisbol de Grandes Ligas; a pesar de ello, los Cachorros de Chicago, en 2009 —cuando Colin era el quarterback de la Universidad de Nevada— lo eligieron en la ronda 43. Él se negó.
Kaepernick sólo deseaba jugar football y lo consiguió. Nevada fue la universidad que le ofreció una beca completa, luego de que el coach del Wolf Pack, Chris Ault, se interesara en el espigado y atlético joven. En 2006 no jugó, pero en 2007 se lesionó el pasador titular, Nick Graziano, y Colin tomó la alternativa.
Su carrera colegial fue brillante. Es el único quarterback en la historia de la División I de la NCAA en lanzar más de 10 mil yardas y correr para más de 4 mil. Los 49ers lo eligieron con la selección 36 del Draft 2011. Se apoderó de la titularidad, luego de que Alex Smith sufriera una conmoción a la mitad de la campaña 2012.
El coach Jim Harbaugh apostó por Kaepernick y los jugadores de los 49ers aún lo celebran.
“Lo he dicho desde que comenzó a jugar: siempre ha tenido mucha confianza”, dijo el centro Jonathan Goodwin. “Cuando ves a alguien jugar como quarterback en esta Liga, que es joven y tiene confianza, debes quitarte el sombrero”.
Y también se ha ganado el respeto de sus colegas en otros equipos. “Es grande, fuerte, atlético, lanza el balón y corre extremadamente bien”, dijo Aaron Rodgers, estelar quarterback de Green Bay.
Colin estira los brazos frente al espejo, contempla su pecho. Ser el quarterback de los 49ers de San Francisco era su destino... “contra todas las apuestas”.
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