Es un reflejo innato, además es una forma de gratificación; esta práctica podría provocar hundimiento del paladar y requerirá atención de un odontopediatras
CIUDAD DE MÉXICO, México, feb. 26, 2011.- Desde el útero materno puede un niño comenzar a chuparse el dedo. Este reflejo innato permite a los recién nacidos alimentarse.
"Cuando los niños se sienten molestos, se sienten inquietos, se sienten frustrados, una de las cosas que hacen como para tranquilizarse, para sentirse mejor, es chuparse el dedo, porque se están dando cierto placer y una tranquilidad", dijo María Martina Jurado, académica de la Facultad de Psicología y Medicina de la UNAM. La académica de la UNAM dijo que chuparse el dedo es normal hasta el primer año de edad.
Al empezar a caminar, el niño se interesa por otros objetos. Ahora, su foco de atención está en lo que le rodea. Pero ¿Por qué hay niños que sí eliminan esta conducta y otros no? "El niño que se chupa el dedo de alguna manera necesita gratificación, el niño que no se lo chupa ha encontrado tal vez otros canales, otras formas de conducta y sentirse seguro de otra manera, sentirse tranquilo de otra manera, obtener placer", añadió María Martina Jurado.
Chuparse el dedo por varios años tiene consecuencias, como la deformidad del dedo y del paladar. "La fuerza del dedo hace que se haga un pequeño hundimiento en el paladar, incline los dientes frontales, provoca una mordida abierta", señaló Cinthya Cobos, odontopediatra.
También hay problemas fonéticos. "Al haber una mordida abierta la lengua se va hacia adelante en el orificio que provoca esta apertura, entonces tienden a modificar algunas letras", dijo Cinthya Cobos. Para ayudar a que el hábito desaparezca, los odontopediatras colocan un aparato dentro de la boca, conocido como trampa de dedo durante un periodo de hasta nueve meses. Si el problema persiste, el paciente podría necesitar tratamiento de ortodoncia para alinear los dientes. El tratamiento puede acompañarse de terapia psicológica.
"Cuando los niños se sienten molestos, se sienten inquietos, se sienten frustrados, una de las cosas que hacen como para tranquilizarse, para sentirse mejor, es chuparse el dedo, porque se están dando cierto placer y una tranquilidad", dijo María Martina Jurado, académica de la Facultad de Psicología y Medicina de la UNAM. La académica de la UNAM dijo que chuparse el dedo es normal hasta el primer año de edad.
Al empezar a caminar, el niño se interesa por otros objetos. Ahora, su foco de atención está en lo que le rodea. Pero ¿Por qué hay niños que sí eliminan esta conducta y otros no? "El niño que se chupa el dedo de alguna manera necesita gratificación, el niño que no se lo chupa ha encontrado tal vez otros canales, otras formas de conducta y sentirse seguro de otra manera, sentirse tranquilo de otra manera, obtener placer", añadió María Martina Jurado.
Chuparse el dedo por varios años tiene consecuencias, como la deformidad del dedo y del paladar. "La fuerza del dedo hace que se haga un pequeño hundimiento en el paladar, incline los dientes frontales, provoca una mordida abierta", señaló Cinthya Cobos, odontopediatra.
También hay problemas fonéticos. "Al haber una mordida abierta la lengua se va hacia adelante en el orificio que provoca esta apertura, entonces tienden a modificar algunas letras", dijo Cinthya Cobos. Para ayudar a que el hábito desaparezca, los odontopediatras colocan un aparato dentro de la boca, conocido como trampa de dedo durante un periodo de hasta nueve meses. Si el problema persiste, el paciente podría necesitar tratamiento de ortodoncia para alinear los dientes. El tratamiento puede acompañarse de terapia psicológica.
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