MITO: ¡HAZ MUCHO EJERCICIO, Y ASÍ PUEDES COMER LO QUE QUIERAS SIN SUBIR DE PESO!
REALIDAD: Si haces mucho ejercicio y comes los que quieras, lo más probable es que subas de peso.
¡¿Por qué?! Al tener un mayor gasto energético (“quemar” más kilocalorías) sentirás más apetito y te aseguro: ¡No se te antojará precisamente un pedazo de apio!
Por lo tanto es fundamental que lleves una alimentación acorde a tus objetivos, ya sea perder grasa corporal o mantener tu peso actual.
En mi experiencia, si deseas mantenerte, 50% alimentación y 50% entrenamiento, son la constante. Sin embargo, para mejorar tu imagen más rápido y sobretodo mantener ese cambio: La alimentación es el 60% y el entrenamiento 40%.
¿Cómo saber cuánto debo comer? El primer paso es conocer nuestro Gasto Energético en Reposo (las kilocalorías necesarias para mantener las funciones normales del cuerpo, como la respiración, la función cardiaca y la termorregulación).
El segundo paso es conocer el nivel de actividad física que tenemos: muy ligera, ligera, moderada, intensa y excepcional. La mayoría de las personas que entrenamos entre 1 y 2 horas, alrededor de 4 veces por semana, y tenemos un trabajo de oficina, estamos en el grupo de actividad moderada. El resultado son las kilocalorías que debes ingerir al día para mantener o perder peso corporal, continuando con el mismo estilo de vida. Para conocer las cifras exactas y que estén completamente acorde a tu objetivo y estilo de vida, puedes acudir con un especialista en Nutrición y Entrenamiento Deportivo (Entrenador Elite). Si no tienes la oportunidad, en Internet hay varios sitios que pueden ayudarte a hacer un cálculo aproximado.
Si deseas perder peso, lo indicado es generar un equilibrio energético negativo. Esto es gastar más kilocalorías de las que ingieres. Sin embargo, esto no es tan elemental como parece, no es sólo comer menos calorías, hay que saber qué alimentos debemks consumir más que otros.
Para perder peso, debemos moderar el consumo de carbohidratos, especialmente aquellos con índices glicémicos altos: cereales y harinas refinadas, azúcares, jugos y refrescos. Elige consumir verduras, frutas y cereales integrales, y que esto represente entre el 40 y 50% del total de kilocalorías que ingieres al día.
Hay que promover el consumo de proteína magra de origen animal (entre 1.2 y 1.7 gramos por kilogramo de peso corporal al día), para mantener y/o aumentar –en conjunción con un buen programa de entrenamiento de fuerza- la masa muscular. Recuerda que entre más masa muscular, más gasto energético basal. Prefiramos los pescados de agua fría (atún, salmón, trucha, arenque), pollo, huevo y lácteos descremados.
En cuanto a las grasas, debemos consumirlas (entre el 20 y 30% del total de Kcal diarias), siempre y cuando sean en su mayoría: monoinsaturadas y poliinsaturadas. Las mejores opciones son las que aportan buenas cantidades de omegas 3 y 6: aceite de oliva, aguacate, nueces, avellanas y para guisar aceite de canola –por ser rico en omega 3 y tener una temperatura de saturación más alta que la del aceite de oliva-. Evitemos los platillos fritos, capeados o empanizados. Finalmente, sea cual fuere tu meta, recuerda comer al menos 5 veces al día.
¡Haz la matemática! Si sumas ejercicio más alimentación el logro de tus objetivos será mucho más rápido. Y recuerda que para alcanzar cualquier éxito en la vida, lo primordial es la disciplina, la pasión y el deseo de sentir que una vez más lo lograste…
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