El consumo indiscriminado de refrescos en niños entre uno y cuatro años ha sido uno de los principales factores en el incremento de la obesidad en México en la última década
La ONU presentó el informe Derecho a la Alimentación en México y advirtió que a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio, la alimentación de los mexicanos se ha ido degradando, con consecuencias graves en la salud. El relator Olivier de Schutter comenta que esto es resultado de políticas públicas que no han tomado en cuenta esta dimensión de salud y de nutrición al formular las políticas agrícolas.
Durante la presentación del informe Derecho a la Alimentación en México, el relator especial de la ONU Olivier de Schutter, explicó que el Tratado de Libre Comercio con EUA y Canadá provocó en México el incremento de la disponibilidad de Coca-Cola, por lo que se duplicó su consumo entre los niños, causándoles problemas de sobrepeso y desnutrición.
Al mismo tiempo, México empezó a enviar su mejor producción de vegetales hacia los países del norte, por su mejor paga; por esa causa, además de la mayor disponibilidad de alimentos procesados, los mexicanos tienen una dieta muy desbalanceada con comidas con alto contenido en grasas, sal y azúcar.
El desequilibrio en la dieta, el sobrepeso y la obesidad ocasionan enfermedades como la diabetes, el cáncer y padecimientos cardiovasculares, los impactos ya empiezan a sentirse y México gastará alrededor de 5 mil 600 millones de dólares al año sólo para atender los casos de diabetes.
Para hacer efectivo el derecho a la alimentación aún falta apoyar decididamente a los pequeños productores agrícolas, muchos de ellos indígenas, a quienes se les descuidó por apoyar únicamente a los grandes agricultores comerciales.
Desde la entrada en vigor del TLC, en 1994, se ha visto que las inversiones de las empresas agroalimentarias de EUA a México han aumentado de un cinco a un 10% al año, y parte del resultado de eso es que el consumo de Coca-Cola entre los niños mexicanos se duplicó entre 1992 y 2002”, detalló el diplomático.
se trata de una bebida que puede encontrarse hasta en el último rincón y pueblo del país, pasando por regiones marginadas y estados tan diversos como Guerrero, Nayarit, Oaxaca, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas.
Por ejemplo, en Baja California Sur, la mejor producción de fresas, papayas y otras frutas producidas en forma orgánica se va al mercado norteamericano, donde se paga un precio mucho mejor por ellas que entre los consumidores mexicanos.
De acuerdo con De Schutter, lo que ocurre en nuestro país es un cambio radical en los hábitos alimenticios que está pasando también en otras economías emergentes y que los nutriólogos llaman coca-colonización, este proceso de cambio de hábitos alimenticios ha generado en México simultáneamente una situación donde hay altos niveles de sobrepeso y, por otro lado, graves problemas de desnutrición.
La única forma de garantizar la disponibilidad de alimentos de calidad para toda la población mexicana, no sólo para la que vive en las grandes urbes, es impulsar a los pequeños productores nacionales y ayudarles a tener mejores sistemas de distribución.
Un mexicano consume cada año, en promedio, 163.3 litros de refresco, mientras un estadunidense toma 118.1 litros, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Yale. Les siguen los chilenos, con 116.2 litros; los brasileños, con 89.1; los colombianos, con 65.3, y los peruanos, con 55.7
La principal razón de que seamos el consumidor número uno de refrescos en el mundo es una falta total de regulación de publicidad y de campañas de orientación alimentaria, las empresas refresqueras han logrado posicionarse hasta en las comunidades más pobres del país, consiguiendo desplazar, incluso, el consumo de leche y atole.
La gente en México está gastando más en refresco que en frijol, por ejemplo, éste es un fenómeno que se está presentando en todo el país, pero que es más grave en las zonas rurales, ocasionando además de un severo problema de obesidad y sobrepeso, otro de desnutrición y anemia.
De acuerdo con el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, bebidas como el refresco aportan 21% de las calorías que se consumen en todo el día, cuando lo recomendado es que sólo aporten 10%, lo explica su contribución a la obesidad.
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