Escrito para BabyCenter en Español
Aprobado por la Junta de Asesores Médicos de BabyCenter
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Por qué los niños de 3 y 4 años ignoran a sus padres
Pides a tu hijo que guarde sus autos de juguete porque es hora de cenar, pero sigue jugando como si no le hubieras dicho nada o te responde “Bueno”, pero sigue jugando. ¿Por qué no te hace caso?
A medida que se vuelven más independientes, a los niños se les da mejor no escuchar lo que no quieren oír. Las prioridades de tu hijo, además, son diferentes de las tuyas. No comprende tu preocupación por la seguridad ni tiene ningún deseo de hacer las cosas con rapidez. Así que procura no molestarte si te ignora de vez en cuando. Claro que, en un momento dado, tu hijo tiene que escucharte y prepararse para cenar. La clave es conseguir que coopere, al tiempo que le permites practicar su recién estrenada independencia.
Qué hacer cuando no te hace caso
Sé clara y práctica
Asegúrate de que tus peticiones son específicas y razonables. Decirle “Asea tu habitación” es demasiado vago y está por encima de la capacidad de tu hijo. “Pon tus zapatos en el armario, por favor” está más a su nivel y, en lugar de decirle “Prepárate para cenar”, pídele que se lave las manos y acuda a la mesa. Tanto tú como tu pequeño se beneficiarán de dedicar tiempo a aprender una nueva tarea. En lugar de decir: “Ayuda a papá a recoger la mesa”, por ejemplo, enséñale cómo limpiar los platos con una espátula y ponerlos juntos en la pila.
Simplifica tus peticiones
Tu hijo puede ignorarte porque no comprende lo que le pides que haga. A esta edad, los niños responden mejor a instrucciones que no tengan más de dos o tres pasos (“Por favor, sube y encuentra tus zapatos y tus calcetines, y tráelos” o “Por favor, tráele a mamá la toalla azul del baño”).
Sé consecuente
Cuando sea el momento de irse del parque, avisa a tu hijo unos minutos antes, y luego guíalo tranquilamente hasta el auto. De la misma manera, cuando le pidas que se baje de la mesa y te ignore, inmediatamente bájalo tú.
Motiva a tu hijo
Procura recordar que la idea es que haga lo correcto porque él quiere, no por temor. Los niños de esta edad quieren agradar a los demás, de modo que elogiarlo y darle ánimos le ayudará a que haga lo que le pides (“Samuel, estoy muy orgullosa de ti por ponerte los zapatos tan rápido” o “Realmente me escuchas con atención y eso me gusta”).
También puedes dar a tu hijo un incentivo por hacer lo que le pides: “Cuando pongas las piezas del rompecabezas en la caja, podemos ir al parque” (no digas: "Si pones las piezas en la caja”). O prueba a utilizar un calendario de responsabilidades en el que pongas una pegatina cuando haga las cosas la primera vez que se lo pides. Luego puedes premiarlo con un nuevo juguete o libro cuando consiga 10 pegatinas.
Utiliza alternativas al "no"
Si tu hijo de corta edad te ignora cuando le dices "no", quizá es porque lo escucha demasiadas veces. Intenta usar alternativas al "no". En lugar de gritarle: “¡No patees la pelota en la cocina!”, por ejemplo, dile: “Salgamos a jugar con la pelota”. Y en vez de decirle: “No, ahora no puedes comer chocolate”, dile: “Puedes comer una manzana o un kiwi” o “Puedes comer un pedazo de chocolate después de comer”. Cuando le das a un niño una opción, le estás dando la oportunidad de reafirmarse de manera positiva.
Di "sí" en lugar de "no" cuando puedas y aprovecha cualquier oportunidad para animarlo en lugar de disuadirlo. Si está emocionado porque quiere aprender a patinar, por ejemplo, respóndele diciendo: “¡Claro que puedes probarlo!” o “Papá te ayudará”, lo cual es mucho más positivo que decir: “No, eres demasiado pequeño para eso”.
Naturalmente, deberás ponerte firme si existe el riesgo de que salga a la carretera corriendo o quiera jugar al fútbol en el salón de la abuela. Lo importante es decidir en qué ocasiones puedes o no puedes ceder o ser paciente, y plantarte firmemente cuando no haya otro remedio. Si le proporcionas un ambiente seguro y estimulante (un museo táctil para niños, por ejemplo), tu hijo podrá ejercer su independencia con pocos límites.
Procura ser comprensiva
Imagina que estás leyendo una novela o charlando con una amiga cuando, de pronto, alguien te dice que tienes que dejar de hacer lo que estás haciendo inmediatamente porque tienes que hacer otra cosa. La realidad es que no siempre tenemos tiempo para persuadir con zalamería a nuestros hijos de que se suban al auto o se laven las manos. Pero cuando te sea posible, avísale con tiempo antes de apresurarlo para que realice la próxima actividad: "Nos vamos en unos cuantos minutos, así que procura terminar tu juego”. Si tu hijo en edad preescolar es como la mayoría, no le encantará la idea de tener que guardar sus autos de juguete o su libro para colorear, pero al menos le habrás avisado con tiempo de que tiene que prepararse para un cambio.
Si te preocupa que tu hijo de corta edad parezca ignorarte más que escucharte, habla con su médico. Éste puede recomendar hacer una prueba de audición o cualquier otra evaluación sobre su desarrollo.
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