El ataque al casino Royale de Monterrey destapó un entramado de corrupción entre empresarios, autoridades y la delincuencia organizada, que conviven en la industria del juego o bien se la disputan violentamente. El individuo más representativo de esa amalgama es conocido como El Zar de los Casinos, cuyo dinero se ha usado presuntamente en las campañas de varios políticos panistas. En este circuito de componendas destacan los hermanos Larrazabal, uno sorprendido en muy probables actos de corrupción, y el otro, alcalde de Monterrey; Raúl Gracia Guzmán, consejero de la Judicatura nuevoleonesa, y Zeferino Salgado Almaguer, delegado de Comunicaciones y Transportes en la entidad. Una fuente del PAN sostiene que los tres últimos recibieron una orden de Felipe Calderón: respaldar al secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, en sus aspiraciones presidenciales.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El ataque al casino Royale de Monterrey el pasado 25 de agosto exhibe los intereses de la industria del juego y el entretenimiento en Nuevo León que reditúan ganancias anuales estimadas en 24 millones de dólares por cada casa de apuestas; desnuda también la red de complicidades entre permisionarios y operadores de esos establecimientos con autoridades de los tres niveles de gobierno y aun de la jerarquía católica nacional.
Y esa mezcla de poder político y dinero la encarna Juan José Rojas Cardona, El Zar de los Casinos. Algunos de sus exsocios aseguran que él suele apoyar campañas políticas de panistas de Nuevo León, como los exalcaldes de Monterrey, Adalberto Madero, y de San Nicolás, Zeferino Salgado Almaguer, así como de senadores.
Rojas Cardona, comentan, logró incluso que el cardenal Norberto Rivera Carrera inaugurara, el 25 de febrero de 2008, una de sus propiedades, y sus competidores en el mundo del juego comentan, aun sin aportar datos, sus posibles vínculos con el crimen organizado.
En Nuevo León, Rojas Cardona tiene 12 casinos y es el principal rival de los permisionarios de Atracciones y Emociones Vallarta, propietarios del Casino Royale. Su hermano Arturo Rojas Cardona es quien figura como el dueño del permiso para juegos que le entregó la Secretaría de Gobernación el 25 de mayo de 2005, cuando el panista Santiago Creel Miranda era el titular de la dependencia.
Arturo posee también tres inmobiliarias, 22 operadoras para instalar casas de juego, tres negocios dedicados a la publicidad política y una empresa de taxis aéreos.
Extracto del reportaje principal que se publica en la edición 1818 de la revista Proceso, ya en circulación.
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