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El robo de autos en el país continúa al alza. El año pasado fueron hurtadas 82 mil 500 unidades con lo que se llegó a una cifra récord.
Las aseguradoras han sugerido a las armadoras de vehículos en el país modificar los sistemas de seguridad en sus vehículos, sin embargo, dicen no han obtenido respuesta.
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), que dirige Recaredo Arias, señaló que sólo algunas armadoras han respondido a la invitación, pero no ha habido un seguimiento de dichas acciones ya que sólo basta ver las cifras de robos.
El año pasado el modelo Tsuru de Nissan obtuvo el primer sitio como el auto más sustraído, seguido de la pick up de la misma marca.
En la lista están el Jetta Clásico de VW, Sentra de Nissan y la moto 125 de Honda.
El sector asegurador ha pedido a las automotrices reforzar las medidas de seguridad, de identificación, reforzar las chapas, así como el sistema de encendido. Héctor Moreno, investigador del Tecnológico de Monterrey, destacó que si bien ayudaría mucho que las armadoras optarán por tener instrumentos más sofisticados de seguridad para evitar el robo, debería existir una reglamentación al respecto.
Dijo que la solución podría darse “con la creación de una Norma Oficial Mexicana (NOM), que obligue a todos los participantes de la industria a poner en práctica ciertos mecanismos para evitar el robo de autos, de manera que no sólo las armadoras más afectadas por los hurtos de sus modelos tengan que aplicarlo”.
“Requerirle este proceso sólo a las empresas cuyos modelos siempre aparecen en la lista de los más robados contribuye a que estas no tomen la iniciativa pues invertirían más capital, mientras que el resto no, lo que lo dejaría en desventaja, pues el primero tendría que incrementar los costos de producción que trasladarían al consumidor”.
Mayor atención
Las armadoras deberían entonces poner mayor atención a las chapas de los coches y el mecanismo de encendido que se podría mejorar con chips o claves sofisticadas que eviten el robo, dijo.
“Hay vehículos que se siguen pudiendo abrir con una alambre o que se pueden encender con sólo conectarle los cables”.
En un recorrido por realizado por Excélsior, se encontró que el costo de pedirle a un cerrajero que abra un auto del que por alguna razón no se tiene la llave, no excede los 150 pesos, mientras que el duplicado de una llave de este tipo puede valer entre 50 y 100 pesos.
Existen muchos sistemas de seguridad para automóviles que se deben tomar en cuenta para que las cifras de robo no sigan aumentando. Además de que las armadoras afiancen sus sistemas de seguridad, el propietario debe ver si están entre sus posibilidades asegurar con otros sistemas el coche.
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