martes, 13 de septiembre de 2011

¿Los hombres pueden sobrevivir sin la pornografía en internet? (CNN)

Durante el mes pasado, conduje un experimento de no ver pornografía con un grupo de hombres. No es que esté en contra de la pornografía, me gusta pensar que tengo una perspectiva matizada.
Como consejero sexual y autor, ya escribí bastante en esta columna acerca de la pornografía en internet —desde la forma como altera los contornos de nuestra vida sexual de manera inesperada hasta cómo las mujeres empiezan a utilizar la pornografía de una forma muy parecida a los hombres.
Pero a diferencia de los temas de algunos artículos acerca del porno que recientemente aparecieron en CNN.com, como el de si la cruzada cristiana en contra de la pornografía puede tener resultados o de si la pornografía vuelve locos a los hombres, en realidad no me convence la retórica alarmista que presenta a la pornografía como adictiva, como una puerta de entrada a las drogas o que destruye matrimonios.
Más bien, veo a la pornografía en internet tan sólo como otra forma de material erótico, uno que muchas (si no es que la mayoría) de las personas utiliza de manera saludable para disfrutar de su propia sexualidad.
Dicho eso, yo crecí en una era previa al porno en internet —cuando los chicos que buscaban alimento erótico se veían obligados a usar revistas, videos e incluso (¡Oh!) su propia imaginación o recuerdos sexuales. Eso claramente se convirtió en historia antigua: en los últimos años, me di cuenta que casi el 100% de los hombres con los que tengo contacto profesional, sin importar la edad, ahora utilizan la pornografía en internet para el autoplacer.
Y con eso me surgió la pregunta sobre qué se ha perdido en este cambio. Al igual que con otros aspectos de nuestro estilo de vida cada vez más sedentario, nos convertimos cada vez más en adictos al porno?
¿Qué pasaría si los hombres dejaran de usar la pornografía durante un breve periodo de tiempo (digamos, tres semanas) y en lugar de eso se vieran obligados a buscar otras formas de material erótico con el fin de autosatisfacerse?
Decidí averiguarlo. Como parte de un experimento informal de no ver pornografía, encontré a cinco hombres de diversos entornos entre los 22 y los 67 años, tanto casados como solteros que actualmente utilizan la pornografía en internet como herramienta para el autoplacer y todos ellos sentían que su uso no presentaba ningún problema para ellos o para sus relaciones íntimas.
A medida que se desarrolló el experimento de tres semanas, los resultados del grupo de hombres fue intrigante: todos los hombres terminaron autosatisfaciéndose menos de lo que lo hacían normalmente cuando tenían acceso a la pornografía en internet.
Aunque seguían teniendo los mismos deseos de autoplacer, la mayoría simplemente decidió que no valía la pena el esfuerzo —y eso les dio más tiempo. Greg, un chico soltero, de 20 años que trabaja desde su casa como desarrollador web independiente, dijo: “Terminé completando más trabajo”.
Y cuando ocuparon tiempo para el autoplacer, cuatro de los cinco hombres también tuvieron más dificultades para “comenzar”.
“Quería ver algo sexy, para prenderme, y mi primer instinto fue encender mi laptop y dejar que mis dedos trabajaran. Igual que siempre”, lamentó Chris, quien está casado y está a finales de sus 40. “Pero sin el porno de Internet, simplemente no podía lograrlo, y en más de una ocasión desistí”.
Kenneth, quien está casado y está a la mitad de sus 30, añadió: “De hecho salí y me compré una revista Penthouse, pero estaba muy consciente de mí. Toda la experiencia me dejó sintiéndome más sucio que simplemente ver un sitio porno. Además, no había mucha variedad. Extrañé la navegación”.
Fred, un hombre casado en sus treinta, tuvo que improvisar. “Necesitaba ver algo —tú sabes, imágenes que se mueven— pero ya no tengo un reproductor de DVD”, dijo. “En su lugar, terminé leyendo una de las novelas de romance de mi esposa, y ¿sabes? ¡Era bastante candente! Ahora las leemos juntos, y realmente me gusta todo este género erótico”.
Esto me lleva al siguiente punto: en general, cuando los hombres encuentran nuevas maneras de autosatisfacerse, también descubren algo nuevo acerca de ellos. Fred descubrió que se estaba convirtiendo en algo parecido a un “adicto al porno”, y David, un hombre a finales de sus 20, quien está a punto de mudarse con su novia, realmente disfrutó sus paseos por sus recuerdos eróticos.
“Ya tenía tiempo en que no pensaba en mi pasado sexual: mis ex novias, ligues, etc.”, admitió. “Utilicé este experimento para iniciar por el principio y seguir el camino hasta el presente. Recordé que tengo recuerdos bastante candentes enterrados en mi pasado, también me descubrí pensando mucho sobre mi novia actual y la gran vida sexual que tenemos juntos”.
De hecho, sin el acceso fácil a la pornografía en internet, y al flujo constante de estrellas pornográficas anónimas, la mayoría de los hombres recurren a sus propias historias eróticas y a recuerdos sexis en específico para la estimulación.
Nick, quien está casado y en sus 30, con dos hijos, informó que se centró más en intentar tener sexo con su esposa, lo que dio lugar a un poco de tensión, pero afortunadamente a una resolución.
“Tuvimos algunas peleas y definitivamente estaba de mal humor, pero una vez que retiré la pornografía, me involucré más con mi esposa”, dijo. “Me doy cuenta de que nos estábamos volviendo sexualmente complacientes y de que el porno era una válvula. Al no tener la válvula para dejar salir el vapor sexual, me enfoqué más en las situaciones más importantes de nuestra vida sexual”.
Sin embargo, al final del experimento, todos los hombres regresaron al internet. “Simplemente es más fácil con la pornografía en internet”, confesó Greg.
“Amo el sexo con mi esposa”, dijo Chris, “pero cuando lo hago solo, me gusta la variedad”.
Sin embargo, la mayoría de los hombres estuvieron de acuerdo en que tiene sentido adoptar una “dieta más balanceada” en la forma de abordarlo. Nick, quien previamente estuvo estancado en una rutina sexual, aseguro: “En realidad me interesé más sexualmente en mi esposa que lo que había estado en mucho tiempo. Y siento más afecto hacia ella. Habíamos discutido mucho y también habíamos dejado de tener sexo, pero a través de este experimento, todos mis pensamientos sexuales la incluían, y sobretodo, eso renovó el interés en nuestra vida sexual juntos”.
Creo que este último punto es particularmente interesante. Las investigaciones, que incluyen imágenes por resonancia magnética del cerebro de hombres y mujeres durante el proceso de estimulación sexual muestran que el orgasmo ilumina todas las partes del cerebro, que incluyen las relacionadas con la memoria.
El orgasmo desempeña un papel poderoso en los centros de recompensa del cerebro, así que tiene sentido que mientras más asociamos la recompensa positiva con una persona en particular, o el recuerdo de una persona, reforzamos más nuestra relación general con esa persona.
En el futuro, me gustaría explorar este punto todavía más: ¿Puede el autoplacer pensando en una persona en particular incrementar nuestros sentimientos de amor y deseo hacia ella a través de la recompensa del orgasmo? Si es así, podría ser un útil ejercicio en solitario para las parejas que se sienten separadas y desconectadas entre sí.
En este momento estoy seguro que los extremistas en contra de la pornografía dirán que simplemente demostré que el porno es malo, que va en detrimento de la conexión que una pareja construye potencialmente. Pero también creo que existe mucho espacio tanto para la fantasía como para la realidad en una vida sexual saludable y una gran cantidad de finales felices.

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