Al CEO de Café Punta del Cielo le tomó cinco años desarrollar la idea que dio origen a su negocio; hoy tiene más de 100 sucursales en México y dos en el extranjero con productos únicos.
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Antes de fundar su empresa, González Cid creó bebidas de café enlatadas, creó una lata con válvula de aire para envasar café recién tostado y escribió un libro. (Foto: Carlos Aranda/Mondaphoto)
"Una novia me decía que cuando el café supiera a lo que huele, sería un éxito". Tras esa declaración y con sólo 19 años de edad, Pablo González Cid, CEO y fundador de Café Punta del Cielo, se dio a la tarea de envasar café recién tostado pero conservando su aroma.
González Cid es juez VIP de los Emprendedores 2012 de la revista Expansión y CNNExpansión en la categoría Alto Potencial. En mayo será cuando los particiapantes presentarán su firma ante él y una decena de jueces más, provenientes de organizaciones, fondos, bancos y universidades.
Al principio el fundador de Punta del Cielo comenzó a envasar el café en latas y bolsas, las cuales reventaban por los gas es que el producto generaba. Posteriormente un amigo le aconsejó que probara con latas de aceite de coche, -que son más resistentes en comparación a una lata convencional. Siguió el consejo y contactó a una empresa que le regaló 100 latas para sus experimentos.
Compró una máquina de papelería para enlatar regalos y se lanzó a envasar el café. Cerró la lata de aceite y, para su sorpresa, ni se deformó ni explotó. "Yo pensé: ya la hice. Pero la sorpresa fue cuando la abrí y era una bomba", comparte Pablo González.
Los fracasos no le impidieron seguir adelante. Consideró la idea de ponerle un resorte a la tapa, como si fuera juguete para evitar que ésta volara al abrir la lata. Se acercó a un tío químico y a un amigo que trabajaba en una fábrica de enlatados y no dejó de hacer pruebas hasta que cinco años después, lo logró.
"Yo no tenía 10 millones de pesos (mdp) para el desarrollo, la pasión era la que me movía y el reto de conseguir el éxitoa como diera lugar", menciona González Cid.
Hoy es el fundador de Café Punta del Cielo, una cadena de cafeterías que cuenta con más de 100 sucursales en México y dos más en el extranjero, una en España y otra en Hong Kong, con productos únicos como latas de café envasado y otras innovaciones que creó con el tiempo.
"Emprender es como la diabetes"
El emprendurismo lo llevó a dejar la universidad donde cursaba la licenciatura en administración de empresas y a abandonar su trabajo en una casa de bolsa para dedicarse a explorar ideas de negocio.
Pablo González afirma que cuando empezó en ese camino "no había incubadoras ni aceleradoras, y él ni siquiera sabía qué significaba la palabra emprendedor."
"Yo digo que emprender es como la diabetes, lo traes y se te dispara en un momento de la vida. Así es el emprendedor real", afirma.
En su caso, todo comenzó con un accidente automovilístico, cuando tuvo que asumir la responsabilidad de pagar por los daños causados y sin grandes cantidades en el bolsillo.
De modo que buscó nuevas fuentes de ingresos. Así se asoció con un amigo para arrancar una comercializadora de pescado y mariscos frescos. Esa experiencia "me abrió los ojos: ganaba 20 veces más y era el dueño de mi tiempo. Fue cuando me dije, esto es realmente lo mío" dice.
La pasión por aprender e innovar
A la par de vender pescado, Pablo González se involucró en el mundo del café. Lo hicieron a través del negocio de sus padres, quienes invirtieron en una franquicia de cafeterías Gloria Jeans. Llegaron a tener siete sucursales. "El café prendió en mí un switch que me apasionó y cambió mi vida".
Al percatarse de que la industria del café en México tenía potencial de desarrollo, González Cid visitó fincas cafetaleras en el país, viajó a Brasil y Costa Rica, tomó cursos en Estados Unidos y Europa. En la feria internacional del Espresso en Venecia conoció los 'pods', pequeñas cápsulas de papel filtro con la cantidad exacta de café para hacer un espresso perfecto.
Tras su regreso a México desarrolló y patentó sus propios 'espresso pods', de los cuales hasta la fecha es el único fabricante en el país. A su vez, creó bebidas a base de café enlatadas y la antes mencionada lata con válvula de aire para conservar el aroma del café recién tostado. También, publicó un libro especializado en café.
Todos estos desarrollos le hicieron pensar que estaba en buen momento para abrir tiendas con un nuevo concepto de café mexicano, y es así como en surge la primera sucursal de Punta del Cielo.
La innovación es la diferencia
"Hay mucha diferencia entre gente que pone un negocio y emprendedores. Yo siempre he dicho que para ser emprendedor tiene que haber un factor de innovación", afirma González Cid.
Café Punta del Cielo nace con un concepto que va más allá de una simple cafetería. González Cid ve al mercado como un triángulo para las bolas de billar en el que las empresas grandes como Sara Lee, Nestlé y Kraft representan esas bolas. Como emprendedor, él busca que su empresa cubra los pequeños espacios entre las bolas y que están desatendidos.
González Cid afirma que el éxito de sus empresas no proviene de un plan de negocios, sino de contar con los mejores colaboradores. "Yo ni acabé la carrera. No soy bueno en contabilidad, ni finanzas ni fiscal. Como emprendedor siempre estás viendo para adelante y necesitas un buen equipo que te vaya cuidando las espaldas".
Hoy Café Punta del Cielo cuenta con tres líneas de negocio: cafeterías, venta de café en autoservicios y a través de alianzas con empresas y Cafeína Bar, concepto enfocado al desarrollo y comercialización de máquinas de café y productos relacionados.
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