miércoles, 22 de junio de 2011

Política energética y del agua complican la sustentabilidad en México (Planeta CNN)

Fortalecer un modelo de crecimiento de los países de América Latina que emplee el cuidado de los recursos naturales no es una idea descabellada para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

El informe Eficiencia en el uso de los recursos en América Latina: Perspectivas e implicancias económicas resalta que aún hay muchas oportunidades para los países de esta región, a pesar de las crecientes presiones al medio ambiente, que países como México han ejercido para potenciar su desarrollo.

Según el informe, el tema del agua es uno de los puntos en los que México debe mejorar y menciona dos áreas. La primera es el impulso de tecnologías que alienten el tratamiento de las aguas negras, así como el aprovechamiento del agua de lluvias y la renovación de los artículos del hogar para hacer más eficiente de su uso. Y la segunda se refiere al mejoramiento de los sistemas de riego en la agricultura.

Alrededor del 77% del agua se destina para el sector agrícola, pero la eficiencia del riego es de apenas 37% por hectárea de cultivo, lo que significa que hay un considerable desperdicio del líquido. Siendo México un "país petrolero", el sector energético es otro punto en el que debe de trabajar, especialmente en el uso de energías alternativas, ya que se encuentra además dentro del listado de los 25 países que más Gases de Efecto Invernadero (GEI) producen.

“La situación actual también se caracteriza por un precario balance en las finanzas públicas que limita la capacidad para el diseño gubernamental de incentivos que alienten un proceso de transición tecnológica en materia de fuentes alternativas de energía”, señala el informe. Pero también se reconoce que el país ha tenido una política de ahorro energético que ha dado buenos resultados en los sectores industrial y del hogar.

El informe aplaude que en 2008 “el Congreso Federal aprobó la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética, orientada al fomento de las capacidades locales y a facilitar los procesos de desacoplamiento energético de las fuentes convencionales”, añade el PNUMA.

Estos esfuerzos por impulsar el potencial eólico y solar deben ser mayores, ya que los logros obtenidos se ven opacados por el impacto del sector de transporte, debido a que en México el 80% de los traslados de pasajeros y mercancías se hacen a través del autotransporte. Esto genera una importante cantidad de gases de efecto invernadero, pero que van de la mano con el crecimiento industrial del país.

“Dada la relación existente entre la producción energética y su capacidad de arrastre sobre el resto de los sectores económicos, la modernización y transición tecnológica en la generación y aprovechamiento de la energía puede ser un factor de crecimiento significativo para México en el futuro próximo”, concluye.

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