Estamos a tres días de que se cumplan dos años de la tragedia en la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora. Dos años ya del incendio en el que 49 niños murieran de manera estúpida, en un hecho que tuvo como principales cómplices a las autoridades encargadas de dirigir, regular y revisar el lugar.
El 5 de junio del 2009, a las 2:45pm ocurrió la mayor tragedia infantil en la historia de México. 49 pequeños de entre 0 y 4 años de edad fallecieron; 24 niños y 25 niñas. Más de 100 quedaron con lesiones y quemaduras que los marcarán de por vida.
Dos años y, prácticamente, todos los responsables siguen tan campantes en la calle. Hasta hoy, la justicia brilla por su ausencia. Hasta hoy, la impunidad se burla de las familias de los pequeños fallecidos. Hasta hoy, ni el gobierno federal, ni el estatal han mostrado sensibilidad. Hasta hoy, sólo el coraje de los padres de familia mantiene en la memoria colectiva una tragedia que no debió suceder.
El incendio en la Guardería ABC fue una tragedia que pudo prevenirse. La estancia infantil no cumplía con las normas de operación más indispensables, así lo prueba un oficio del IMSS, fechado el 26 de julio del 2005. En ese documento se solicitaba, explícitamente, que se colocaran salidas de emergencia y se cambiaran la lona y plafones del lugar, pues estos eran “altamente flamables”. Nadie hizo caso.
A dos años del incendio no hay una explicación lógica de qué sucedió. Desde entonces, el desdén de la autoridad estatal y federal ha sido ofensivo. Ante la nula respuesta de quienes deberían impartir justicia, los padres de las víctimas acudieron a la Suprema Corte. El máximo tribunal del país ordenó una investigación y se formó una Comisión investigadora, misma que llegó a la conclusión de que: 1) Existieron violaciones graves a los derechos humanos de los niños, 2) Documentó el desorden que impera en el sistema de guarderías del IMSS, y 3) Puso nombre y apellido a los 19 funcionarios estatales y federales responsables de la tragedia, pero no los sancionó.
El dictamen del ministro Arturo Zaldívar, ponente del caso, se basó en dicha investigación, pero la mayoría de los integrantes de la SCJN determinó que, si bien existieron violaciones graves a las garantías individuales, no hay personas responsables. Más aún, la burla fue tal, que en el documento final emitido por la Corte el 18 de noviembre de 2010, se omitió citar el nombre de cualquier funcionario e incluso se llegó al extremo de borrar, de un plumazo, cualquier referencia a la Guardería ABC.
El 5 de junio del 2009, a las 2:45pm ocurrió la mayor tragedia infantil en la historia de México. 49 pequeños de entre 0 y 4 años de edad fallecieron; 24 niños y 25 niñas. Más de 100 quedaron con lesiones y quemaduras que los marcarán de por vida.
Dos años y, prácticamente, todos los responsables siguen tan campantes en la calle. Hasta hoy, la justicia brilla por su ausencia. Hasta hoy, la impunidad se burla de las familias de los pequeños fallecidos. Hasta hoy, ni el gobierno federal, ni el estatal han mostrado sensibilidad. Hasta hoy, sólo el coraje de los padres de familia mantiene en la memoria colectiva una tragedia que no debió suceder.
El incendio en la Guardería ABC fue una tragedia que pudo prevenirse. La estancia infantil no cumplía con las normas de operación más indispensables, así lo prueba un oficio del IMSS, fechado el 26 de julio del 2005. En ese documento se solicitaba, explícitamente, que se colocaran salidas de emergencia y se cambiaran la lona y plafones del lugar, pues estos eran “altamente flamables”. Nadie hizo caso.
A dos años del incendio no hay una explicación lógica de qué sucedió. Desde entonces, el desdén de la autoridad estatal y federal ha sido ofensivo. Ante la nula respuesta de quienes deberían impartir justicia, los padres de las víctimas acudieron a la Suprema Corte. El máximo tribunal del país ordenó una investigación y se formó una Comisión investigadora, misma que llegó a la conclusión de que: 1) Existieron violaciones graves a los derechos humanos de los niños, 2) Documentó el desorden que impera en el sistema de guarderías del IMSS, y 3) Puso nombre y apellido a los 19 funcionarios estatales y federales responsables de la tragedia, pero no los sancionó.
El dictamen del ministro Arturo Zaldívar, ponente del caso, se basó en dicha investigación, pero la mayoría de los integrantes de la SCJN determinó que, si bien existieron violaciones graves a las garantías individuales, no hay personas responsables. Más aún, la burla fue tal, que en el documento final emitido por la Corte el 18 de noviembre de 2010, se omitió citar el nombre de cualquier funcionario e incluso se llegó al extremo de borrar, de un plumazo, cualquier referencia a la Guardería ABC.
La tragedia en la que perdieran la vida 49 pequeños no debe quedar impune. Tiene que haber sanciones y cárcel para quienes permitieron que esto ocurriera.
49 inocentes perdieron la vida y los responsables de la tragedia no han pagado su responsabilidad. Y no se trata de señalar sólo a quienes se ostentan como dueños o directivos de la Guardería ABC. El castigo, para que la muerte de 49 niños no quede impune, debiera alcanzar a funcionarios estatales y federales de todos niveles.
Hasta ahora, por desgracia, la mediocridad y tibieza de los responsables no permite albergar demasiadas esperanzas.
El incendio en la Guardería ABC y la muerte de 49 niños ha exhibido la indiferencia que la clase política muestra ante tragedias como ésta. Sin importar el color partidista, el ex gobernador priista de Sonora Eduardo Bours, o el actual mandatario panista Guillermo Padrés han demostrado, en los hechos, que la vida de esos 49 pequeños no les preocupa.
Cómo olvidar que durante su campaña, el hoy gobernador Padrés prometía justicia a los padres de los 49 niños muertos. Claro, en pleno proceso electoral, prometer era lo de menos. Pero en los hechos, el actual mandatario demostró su tibieza e indiferencia.
Guillermo Padrés no sólo no llevó a cabo una investigación para dar con los responsables, sino que, con desparpajo absoluto, ratificó en su cargo al Procurador estatal, Abel Murrieta, quien a todas luces fue cómplice de la impunidad que rodea el caso.
49 inocentes perdieron la vida y los responsables de la tragedia no han pagado su responsabilidad. Y no se trata de señalar sólo a quienes se ostentan como dueños o directivos de la Guardería ABC. El castigo, para que la muerte de 49 niños no quede impune, debiera alcanzar a funcionarios estatales y federales de todos niveles.
Hasta ahora, por desgracia, la mediocridad y tibieza de los responsables no permite albergar demasiadas esperanzas.
El incendio en la Guardería ABC y la muerte de 49 niños ha exhibido la indiferencia que la clase política muestra ante tragedias como ésta. Sin importar el color partidista, el ex gobernador priista de Sonora Eduardo Bours, o el actual mandatario panista Guillermo Padrés han demostrado, en los hechos, que la vida de esos 49 pequeños no les preocupa.
Cómo olvidar que durante su campaña, el hoy gobernador Padrés prometía justicia a los padres de los 49 niños muertos. Claro, en pleno proceso electoral, prometer era lo de menos. Pero en los hechos, el actual mandatario demostró su tibieza e indiferencia.
Guillermo Padrés no sólo no llevó a cabo una investigación para dar con los responsables, sino que, con desparpajo absoluto, ratificó en su cargo al Procurador estatal, Abel Murrieta, quien a todas luces fue cómplice de la impunidad que rodea el caso.
No podemos tolerar más impunidad. Las familias de 49 pequeños no lo merecen.
49 niños muertos. Todos, de entre 11 meses y cuatro años de edad. Sus padres los dejaron en la Guardería ABC para irse a trabajar. Al final del día, recogieron sus cuerpos sin vida.
Con coraje e impotencia, las familias de las víctimas demandan justicia. Basta ya de tanta impunidad. Tiene que haber consecuencias. Debe haber detenidos y destituciones de alto nivel. La muerte de 49 niños no puede quedar en un hecho aislado.
Lo ocurrido en Hermosillo, Sonora es un crimen. Y los responsables, directos e indirectos, deberán saldar su incompetencia. Y, por supuesto, más de uno tendrá que pagar en la cárcel por su delito.
¿Ustedes cómo la ven?
49 niños muertos. Todos, de entre 11 meses y cuatro años de edad. Sus padres los dejaron en la Guardería ABC para irse a trabajar. Al final del día, recogieron sus cuerpos sin vida.
Con coraje e impotencia, las familias de las víctimas demandan justicia. Basta ya de tanta impunidad. Tiene que haber consecuencias. Debe haber detenidos y destituciones de alto nivel. La muerte de 49 niños no puede quedar en un hecho aislado.
Lo ocurrido en Hermosillo, Sonora es un crimen. Y los responsables, directos e indirectos, deberán saldar su incompetencia. Y, por supuesto, más de uno tendrá que pagar en la cárcel por su delito.
¿Ustedes cómo la ven?
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